“¡Preferiría ser cenizas que polvo! Preferiría que mi chispa se queme en una brillante hoguera a que sea extinguida por seca desintegración. Preferiría ser un espléndido meteoro, cada átomo en mi en magnífico resplandor, que un soñoliento y permanente planeta.”
“No voy a gastar mis días tratando de prolongarlos, voy a aprovechar mi tiempo.”

Cuando uno menciona a Jack London, las referencias contemporáneas más comunes que se vienen a la mente son La llamada de la selva y Colmillo blanco, pero al mirar más de cerca al autor, nos damos cuenta de lo profunda, variada e interesante que fueron su vida y obras. Muchos lo consideran el principal autor de Estados Unidos y allanó el camino para otros grandes como Orwell y Aldous Huxley. De hecho, su novela El talón de hierro se considera una fuente de inspiración para la novela de Orwell, 1984. Fue el primer autor que se hizo verdaderamente rico durante su vida al vender su obra, sin embargo, esto no sucedió de la noche a la mañana: London fue rechazado más de 600 veces antes de que su primera historia se publicara.

Incluso la llegada de John Griffith Chaney (nombre que probablemente llevó al nacer) a este mundo fue contra viento y marea. Su madre intentó suicidarse dos veces mientras estaba embarazada, y una madre adoptiva cuidó de él durante la mayor parte de su juventud. El nombre ‘London’ le fue dado por su padrastro.

Durante su corta vida, London pareció haber vivido infinidad de vidas diferentes, ya sea personal o profesionalmente. A la edad de 18 años, ya había trabajado como pescador furtivo de ostras, trabajó en el sellado de buques y fábricas de conservas, y formó parte de una banda de vagabundos. A los 17 años, pasó treinta días en la penitenciaría de Erie County en Buffalo (Nueva York) por vagabundeo, una experiencia que según el prolífico escritor definió como “inconcebible”.

Finalmente, completó la escuela secundaria y consiguió entrar en la Universidad de California, algo que había sido un gran sueño para él. Sin embargo, tuvo que dejarlo sin llegar a graduarse por problemas financieros. En 1897, London y su cuñado James Shepard zarparon para unirse a la fiebre del oro de Klondike, que sería más adelante fuente de inspiración para algunas de sus obras más famosas. En Klondike, London, se enfermó gravemente de escorbuto y comenzó a escribir. Cuando regresó a su hogar, decidió convertirse en un escritor de éxito comercial y se propuso escribir 1000 palabras diarias. Con un amplio repertorio, escribió sobre temas tan variados como aventuras, política, humanidad y supervivencia, a menudo basándose en sus propias experiencias personales.

Además de escribir ficción, London fue un socialista activo, corresponsal en Japón (donde fue arrestado cuatro veces), miembro de la Sociedad Bohemia y se casó dos veces – su primera esposa, Bess Maddern, fue una elección pragmática que finalmente resultó insatisfactoria, mientras que su segundo matrimonio con Charmian Kittredge fue descrito como un alma gemela y compañera apasionada. Otros intereses incluyen la pasión por el boxeo, el activismo animal y, definitivamente, disfrutar de un buen trago.

London murió a la edad de 40 años, por una sobredosis de morfina. No se sabe si fue accidental o deliberada, sin embargo, los rumores de que fue un suicidio parecen meras especulaciones apoyadas en los incidentes que tienen lugar en sus escritos de ficción.

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